REPORTAJE
edificios que combaten el cambio climático.
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Así, la estructura del edificio es de
madera contralaminada estructural (CLT),
de 16 m2, de pino carrasco que se fresó,
secó, procesó y prensó in-situ en Valldaura
Labs. Toda la madera utilizada en el proyecto
fue extraída en un radio de menos de 1
kilómetro desde el lugar de construcción.
A partir de un plan de gestión sostenible
del bosque, aprobado en el parque natural
de Collserola, se puede obtener un cierto
volumen forestal cada año con el fin de
fomentar el crecimiento de árboles más
pequeños y la biodiversidad, dado que la
biomasa forestal crece cada año un 3%
y los árboles en crecimiento son los que
absorben más CO2.
Fabricación in-situ de madera contralaminada
Para suministrar la materia prima del proyecto
se talaron 40 pinos que se cortaron
a su vez en tablas de 3 cm., y se apilaron
para que se secaran durante tres meses.
Cuando alcanzaron el nivel de humedad
adecuado, cada tabla se llevó a la carpintería
de Valldaura Labs para ser procesada
en cientos de láminas de pino. A continuación,
cada lámina se codificó en una
secuencia específica, se etiquetó y se
prensó en más de 30 paneles estructurales
de CLT que se ensamblaron en un
cubo de 3,6x3,6m.
Estos paneles se unieron sin metal con
juntas de solapamiento y tacos de madera.
A continuación, la estructura se envolvió
en una capa de aislamiento de corcho
y se montó con una innovadora serie de
paneles de protección contra la lluvia hechos
con material de desecho creado durante
el proceso de producción de CLT.
Arquitectura circular
En un firme compromiso con la localidad y
la comprensión de los flujos de materiales
de la arquitectura, cada lámina de cada panel
fue rastreada y localizada, asegurando
que todos los elementos de madera de la
casa pueden ser rastreados con precisión,
hasta el punto de conocer de qué árbol
exacto provienen.
Además, con el fin de aprovechar al máximo
la materia prima en línea con el con-
TÉCNICA SHOU SUGI BAN
Como material aislante, sobre los paneles
de madera se colocó un aislamiento
de corcho, y encima una piel
de madera quemada, utilizando la técnica
japonesa Shou Sugi Ban, que protege
al edificio de la lluvia. Se trata de
un proceso que consiste en carbonizar
la madera, enfriarla, limpiar el hollín o
los residuos quemados en la superficie
y, finalmente, terminar las tablas
con un aceite. Una solución versátil y
económica para revestir fachadas, que
a pesar de tener 150 años de antigüedad,
se ha convertido en una tendencia
en la arquitectura contemporánea
en Occidente.
cepto de economía circular en la arquitectura,
los recortes de madera restantes
tras la obtención de láminas rectangulares
se convirtieron en una fachada que muestra
la complejidad orgánica del árbol, que
suele quedar oculta en la mayoría de las
construcciones de madera.
Finalmente, el techo de la cabaña presenta
una serie de jardineras elaboradas con
juntas fresadas con maquinaria de control
numérico por ordenador (CNC), sin tornillos
ni pegamento, que sostienen una
variedad de plantas locales y canalizan el
agua de lluvia hacia un tanque de recogida
situado debajo.